viernes, 30 de agosto de 2019

REVISTA FAPAP





ASPECTOS EMOCIONALES DEL NIÑO/A ENFERMO Y SU FAMILIA

La enfermedad de un niño, cuando es grave, crónica o deja secuelas, supone un gran impacto emocional para toda la familia. Aunque la forma de vivenciar una misma enfermedad va a ser única para cada persona, suelen darse los sentimientos comunes a todo proceso de duelo. Los aspectos emocionales tienen gran influencia en el afrontamiento y evolución de la enfermedad. El pediatra de Atención Primaria (AP) está en una situación privilegiada para atender estos aspectos a lo largo de todo el proceso. Para ello, debe facilitar, o al menos no interferir, la expresión emocional. La clave está en saber escuchar (escucha activa) y comprender (empatía). No basta un conocimiento teórico, ni un empeño en practicarlo. Para hacerlo posible, necesitamos saber reconocer y resolver nuestros propios problemas emocionales. El pediatra también debe ayudar a la familia a completar su información sobre la enfermedad y su educación en autocuidados. Así disminuirá su estrés y aumentará su autonomía y autoestima, al sentirse más capacitados para tomar sus propias decisiones.

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